Desde que tengo uso de razón, mi padre ya invertía en inmobiliario. Para él invertir en inmobiliario era que, cuando tenía ahorros, compraba una propiedad (véase un piso, una plaza de garaje, un local… algo de ese estilo). Lo más curioso es que luego nunca o casi nunca alquilaba esas propiedades. Decía que “se las iban a destrozar”. Eso sí, invertir, él invertía. Se iba haciendo su patrimonio poco a poco.
Yo lo he mamado, vamos. Lo que no me hacía gracia era lo de no alquilar. Bien es cierto que si luego vendes las propiedades sacas un beneficio. Yo veo más interesante sacar beneficio por alquilarlas y luego, si no te encajan, venderlas. Soy así.
Más allá de que para mí comprar propiedades esté naturalizado, te hago una pregunta: ¿cuántas personas han vivido, viven o vivirán en una casa?
Esto me lo he preguntado yo muchas veces. Mi respuesta es que prácticamente el 100% de las personas de este mundo. Es decir, que todas las personas saben qué es una casa (así no tienes que explicarlo) y el 100% de las personas han necesitado, necesitan o necesitarán una casa. Qué interesante.
Otra cosa curiosa es que el mercado inmobiliario es común que esté a la alza. Por lo que si compras una vivienda y la quieres vender, hay una probabilidad muy alta de que saques beneficio por ella. Sino siempre puedes aguantarla alquilándola, aunque haya algo de pérdida, y vender en un momento más alcista. Con todos los tipos de alquiler que existen y las modalidades que hay, dudo mucho el perderle dinero a una casa bien comprada alquilándola, la verdad. Incluso con una casa mal comprada, se podrían mirar opciones para que se rentabilizara más su alquiler (por ejemplo, alquilando por habitaciones).
Mi hermano se compró una casa para invertir y con ese dinero se pagan sus dos hipotecas: la de su casa y la de la casa de inversión.
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